La unión matrimonial es un evento significativo, y cuando involucra a parejas con orígenes de otro país, el proceso legal para vivir juntos en Estados Unidos puede presentar diversos obstáculos para superar.
Si usted es ciudadano de los Estados Unidos y está comprometido con una persona que vive en otro país y desea comenzar su vida conyugal en suelo estadounidense, es probable que haya considerado la visa K-1, conocida comúnmente como la visa de prometido(a), y el camino hacía la residencia permanente que abre.
Proceso de la solicitud
El primer paso para traer a su prometido(a) a los Estados Unidos es preparar y presentar una petición oficial (enlace en inglés) ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés). Este formulario sirve para demostrar que la relación es auténtica, que ambos tienen la intención de casarse dentro de los 90 días siguientes a la llegada de su prometido(a) a Estados Unidos y que no existen impedimentos legales para el matrimonio.
Su abogado puede ayudarle a recopilar la solicitud y juntar toda la documentación necesaria para que su solicitud no sea rechazada por ser incompleta.
Una vez aprobada la solicitud inicial, su prometido(a) podrá solicitar una visa K-1 en la embajada o consulado de los Estados Unidos en su país. Para esto, deberá completar una entrevista consular y presentar la documentación requerida, que incluye el examen médico y pruebas de apoyo financiero por parte del peticionario.
Conversión a residente permanente legal después del matrimonio
Una vez casados dentro del plazo estipulado, su cónyuge puede solicitar ajustar su estatus al de residente permanente legal. Este paso es vital para que su pareja pueda vivir y trabajar en los Estados Unidos de manera indefinida sin peligro inmediato de deportación.
El ajuste de estatus implica un proceso que incluye la presentación de evidencia adicional, como el acta de matrimonio y, nuevamente, pruebas de soporte financiero. Además, su cónyuge deberá pasar por una entrevista adicional con USCIS y, posiblemente, por un examen médico adicional. El mismo abogado le puede ayudar también con esta parte del proceso.
El camino para unificar a las parejas binacionales en Estados Unidos a través de la visa K-1 y la posterior obtención del estatus de residente permanente es complejo y detallado. Con el asesoramiento de un abogado experimentado, ustedes finalmente podrán ser reunidos como pareja sin tener que preocuparse del peligro de ser deportado y separado de vuelta.